En el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, del 25 de febrero al 24 de mayo de 2010.
“Agotadas las tentativas posmodernas, fracasado el intento de prolongar el dogmatismo de las vanguardias a través de la estéril sustitución del arte por los procesos ideológicos, en la primera década del siglo XXI el arte en cierto modo ha vuelto a si mismo. Han vuelto las ideas estéticas, ha vuelto la emoción y lo han hecho por la vía de una experiencia: el malestar urbano”.
Josep Ramoneda
sábado, 27 de febrero de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
martes, 23 de febrero de 2010
Banksy Show • Bristol City Museum • Film 2009
El escurridizo Banksy infiltrado en una galeria de Bristol salpicándola con su arte...ojalá el graffiti nunca acabe en un museo.
domingo, 21 de febrero de 2010
Cosas que los nietos deberían saber
Esta semana he acabado de leer, desgraciadamente, "Cosas que los nietos deberían saber", la autobiografía de Mark Oliver Everett, líder de Eels, en la que relata su vida de persona friki e introvertida, repleta de tragedias familiares y de dificultades varias para sacar adelante sus discos. Más que un suicida en potencia, Mark se perfila como un tipo optimista que ha sacado partido a sus numerosas desgracias dando a los pequeños buenos momentos de su vida tanta importancia como a los malos y cuya única misión en la vida es hacer música.
En definitiva, un libro sencillo, tremendamente emotivo, en el que se va viendo al autor crecer como persona y como artista. Un ejemplo de tenacidad y fortuna. Impresincible para fans de la banda y para portadores del virus de la música. Recomendable 100% para el resto de mortales.
Mark, tio, gracias.
En definitiva, un libro sencillo, tremendamente emotivo, en el que se va viendo al autor crecer como persona y como artista. Un ejemplo de tenacidad y fortuna. Impresincible para fans de la banda y para portadores del virus de la música. Recomendable 100% para el resto de mortales.
Mark, tio, gracias.
sábado, 20 de febrero de 2010
miércoles, 17 de febrero de 2010
martes, 16 de febrero de 2010
lunes, 15 de febrero de 2010
La belleza de desconocidas que desaparecen tras las esquinas
Pensando en la fabulosa "En construcción" he descubierto este video sobre José Luis Guerín, en el que habla sobre su montaje fotosecuencial sobre las desconocidas con las que a veces nos cruzamos en alguna esquina...
Ver algunas de las fotografías
Ver algunas de las fotografías
domingo, 14 de febrero de 2010
El día libre de los esclavos del mundo libre
Sí, hoy es domingo. Quizás dentro de poco los lunes, los que tenemos trabajo, podamos "disfrutar" de artilugios como el Emperor 200. Sin duda nos hará pasar una maravillosa semana...que pena que siempre llegue el domingo.
sábado, 13 de febrero de 2010
Las superestructuras de Perdidos
Otro artículo muy interesante, extraido del Blog de Jorge Carrión.
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“La muerte es la muerte”, dice Benjamin Linus –uno de los villanos más complejos de la narrativa contemporánea– justamente cuando más evidente se hace que en la isla de Perdidos la muerte no es la muerte. Pese a que nos hayamos acostumbrado a los fantasmas y a las resurrecciones, lo cierto es que la teleserie camina hacia su extinción sin vuelta atrás. Una última temporada siempre es un cóctel explosivo de Eros y Thanatos: deseo de conocer el desenlace y duelo incipiente por lo que está a punto de no ser. Pronto desaparecerán los personajes, parte del misterio o las vueltas de tuerca técnicas y argumentales; pero pervivirá una forma de leer. Que se ha impuesto.
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Perdidos - Sexta temporada
El sábado pasado apareció en el suplemento ABCD un extenso reportaje sobre Perdidos (aún no está disponible en www.abc.es), serie cuya sexta y definitiva temporada empezó el martes. Copio una parte que he visto en el blog de Fernández Mallo. El mapa está extraído de Strange Maps y es cojonudo.
ABCD - 07 de febrero de 2010 - número: 935
Andrés Ibáñez
¿Por qué nos gusta tanto Perdidos? Somos muchos los que nos hemos hecho adictos a esta serie después de superar ese acto de fe que es la primera temporada (confiar en que la solución del enigma creciente no será fácil y previsible), y también las aguas estancadas de los episodios centrales de la segunda temporada, para adentrarnos en la increíble tercera temporada, donde la historia crece y crece en oleadas hasta un magnífico final, para luego comenzar a desesperarnos en la cuarta entrega con la llegada de personajes nuevos que no nos caen bien (un joven chino que siempre está de mal humor, una pelirroja bastante antipática y un insoportable físico cuántico tartamudo) y ponernos ya furiosos en la quinta con la definitiva pérdida de rumbo de la serie, sobre todo por la casi completa desaparición de los personajes principales, que son los que de verdad nos interesan: Kate, Jack, Hugo, pero sobre todo Benjamin Linus y John Locke. Y ahora nos queda la sexta y última temporada, en la que el misterio se resolverá, por fin, y que será, como todos sabemos, una gran desilusión. Y a pesar de todo seguimos siendo adictos a Perdidos, una de las mejores series de esa Edad de Oro de las series televisivas que fue el período de entre siglos.
la desilusión. ¿Que por qué sabemos que será una desilusión? Primero, porque es lo que nos decimos a nosotros mismos para que luego nos guste más. Segundo, porque la serie comenzó a hacer aguas cuando en la cuarta temporada aparece el tema irritante de los saltos en el tiempo, una especie de ruptura total de las reglas del juego que complica la ya complicadísima trama hasta efectos mareantes, y no digamos ya el tema, irritante al máximo, de tirar una bomba atómica para destruirlo todo. Tercero, porque Perdidos tiene una estructura narrativa formada por misterios que se amontonan unos sobre otros en capas, y los misterios son tantos y tan complejos que sería imposible resolverlos todos satisfactoriamente. ¿Qué es el monstruo de humo negro? ¿Qué clase de «dioses» con cabeza de reptil construyeron la isla y sus extraños templos? ¿Quiénes son «Los Otros»? ¿Es cierto que la isla es una especie de «caja» dentro de la cual, como en la habitación de Stalker, uno puede encontrar lo que más desea? ¿Por qué no pueden nacer niños allí? ¿Por qué casi todos los personajes tienen problemas con su padre? ¿Por qué es necesario matar al padre para ser admitido por la isla? ¿Existe de verdad una enfermedad contagiosa en la isla? ¿Es la isla un ser inteligente dotado de voluntad propia? ¿Quién es Richard Alpert y por qué no cambia de aspecto con el paso de los años? ¿Quién diablos es Jacob y por qué posee poderes sobrenaturales? ¿Es la isla el lugar al que vamos después de muertos? ¿Es el paraíso? ¿Es el infierno?
espacio pensante. El verdadero protagonista de Perdidos es la isla en sí, el maravilloso escenario natural de Hawai, donde ha sido rodada íntegramente la serie. «El espacio -escribe Frank Lestringant en su ensayo «Pensar por islas» (Revista de Occidente nº 342)-, y más concretamente la topografía, es una forma de pensamiento. De donde surge la siguiente paradoja: el problema no está en pensar el espacio, es el espacio el que piensa». Por eso la isla de Perdidos piensa por sí sola y, como el océano inteligente de Solaris, hace realidad nuestras obsesiones y nos devuelve nuestros errores, nuestros amores, los seres desaparecidos. ¿Es toda la isla un ensueño de Hugo Reyes, una creación de su mente, tal y como le explica Dave con argumentos perfectamente lógicos y casi concluyentes? Eso explicaría que Libby, la fantasía romántica de Hugo, sea una enferma mental que se encontraba en el mismo sanatorio que Hugo, y que Hugo sea capaz de hacer desaparecer, con sólo desearlo, la cabaña de Jacob, el centro neurálgico y tarkovskyano de toda la mística de la isla.
trampas. Pero esta clase de «claves» (hay muchas) son todas trampas y, como las formas de un dibujo de Escher, se cancelan unas a otras. La idea principal de Perdidos es que la realidad no existe, sino que somos nosotros la que la creamos con nuestros pensamientos. Pero la verdadera fascinación de la serie proviene de que es imposible reducirla a un sentido, a una clave: aquí conviven todos los sentidos, todas las claves. Este mundo no es incomprensible e inabarcable por un exceso de misterios, sino por un exceso de explicaciones.
¿Tiene algún sentido lo que sucede en la isla? Ésta es la pregunta que los personajes (y los espectadores) se hacen una y otra vez. Jack, el líder científico y racionalista, lo niega, mientras que John Locke, el líder místico e iniciático, afirma que todas las cosas que suceden allí tienen un propósito. Otro de los personajes principales, el fascinante Mr. Eko, opta por una vía intermedia. «No pido perdón, padre, porque no he pecado», dice de rodillas frente al sacerdote en la impresionante escena de su destrucción. «Yo no pedí la vida que me han dado. Pero me la dieron. Y con ella hice lo mejor que pude». Situada en el centro de la serie (es decir, el lugar más parecido al «final» en una estructura esférica) es posible que ésta sea la solución más elegante que podamos esperar al gran dilema de dilemas que es Perdidos. Cuya sexta y última temporada comienza ahora. Disfrútenla. Namasté, y buena suerte.
ANDRÉS IBAÑEZ
ABCD - 07 de febrero de 2010 - número: 935
Andrés Ibáñez
¿Por qué nos gusta tanto Perdidos? Somos muchos los que nos hemos hecho adictos a esta serie después de superar ese acto de fe que es la primera temporada (confiar en que la solución del enigma creciente no será fácil y previsible), y también las aguas estancadas de los episodios centrales de la segunda temporada, para adentrarnos en la increíble tercera temporada, donde la historia crece y crece en oleadas hasta un magnífico final, para luego comenzar a desesperarnos en la cuarta entrega con la llegada de personajes nuevos que no nos caen bien (un joven chino que siempre está de mal humor, una pelirroja bastante antipática y un insoportable físico cuántico tartamudo) y ponernos ya furiosos en la quinta con la definitiva pérdida de rumbo de la serie, sobre todo por la casi completa desaparición de los personajes principales, que son los que de verdad nos interesan: Kate, Jack, Hugo, pero sobre todo Benjamin Linus y John Locke. Y ahora nos queda la sexta y última temporada, en la que el misterio se resolverá, por fin, y que será, como todos sabemos, una gran desilusión. Y a pesar de todo seguimos siendo adictos a Perdidos, una de las mejores series de esa Edad de Oro de las series televisivas que fue el período de entre siglos.
la desilusión. ¿Que por qué sabemos que será una desilusión? Primero, porque es lo que nos decimos a nosotros mismos para que luego nos guste más. Segundo, porque la serie comenzó a hacer aguas cuando en la cuarta temporada aparece el tema irritante de los saltos en el tiempo, una especie de ruptura total de las reglas del juego que complica la ya complicadísima trama hasta efectos mareantes, y no digamos ya el tema, irritante al máximo, de tirar una bomba atómica para destruirlo todo. Tercero, porque Perdidos tiene una estructura narrativa formada por misterios que se amontonan unos sobre otros en capas, y los misterios son tantos y tan complejos que sería imposible resolverlos todos satisfactoriamente. ¿Qué es el monstruo de humo negro? ¿Qué clase de «dioses» con cabeza de reptil construyeron la isla y sus extraños templos? ¿Quiénes son «Los Otros»? ¿Es cierto que la isla es una especie de «caja» dentro de la cual, como en la habitación de Stalker, uno puede encontrar lo que más desea? ¿Por qué no pueden nacer niños allí? ¿Por qué casi todos los personajes tienen problemas con su padre? ¿Por qué es necesario matar al padre para ser admitido por la isla? ¿Existe de verdad una enfermedad contagiosa en la isla? ¿Es la isla un ser inteligente dotado de voluntad propia? ¿Quién es Richard Alpert y por qué no cambia de aspecto con el paso de los años? ¿Quién diablos es Jacob y por qué posee poderes sobrenaturales? ¿Es la isla el lugar al que vamos después de muertos? ¿Es el paraíso? ¿Es el infierno?
espacio pensante. El verdadero protagonista de Perdidos es la isla en sí, el maravilloso escenario natural de Hawai, donde ha sido rodada íntegramente la serie. «El espacio -escribe Frank Lestringant en su ensayo «Pensar por islas» (Revista de Occidente nº 342)-, y más concretamente la topografía, es una forma de pensamiento. De donde surge la siguiente paradoja: el problema no está en pensar el espacio, es el espacio el que piensa». Por eso la isla de Perdidos piensa por sí sola y, como el océano inteligente de Solaris, hace realidad nuestras obsesiones y nos devuelve nuestros errores, nuestros amores, los seres desaparecidos. ¿Es toda la isla un ensueño de Hugo Reyes, una creación de su mente, tal y como le explica Dave con argumentos perfectamente lógicos y casi concluyentes? Eso explicaría que Libby, la fantasía romántica de Hugo, sea una enferma mental que se encontraba en el mismo sanatorio que Hugo, y que Hugo sea capaz de hacer desaparecer, con sólo desearlo, la cabaña de Jacob, el centro neurálgico y tarkovskyano de toda la mística de la isla.
trampas. Pero esta clase de «claves» (hay muchas) son todas trampas y, como las formas de un dibujo de Escher, se cancelan unas a otras. La idea principal de Perdidos es que la realidad no existe, sino que somos nosotros la que la creamos con nuestros pensamientos. Pero la verdadera fascinación de la serie proviene de que es imposible reducirla a un sentido, a una clave: aquí conviven todos los sentidos, todas las claves. Este mundo no es incomprensible e inabarcable por un exceso de misterios, sino por un exceso de explicaciones.
¿Tiene algún sentido lo que sucede en la isla? Ésta es la pregunta que los personajes (y los espectadores) se hacen una y otra vez. Jack, el líder científico y racionalista, lo niega, mientras que John Locke, el líder místico e iniciático, afirma que todas las cosas que suceden allí tienen un propósito. Otro de los personajes principales, el fascinante Mr. Eko, opta por una vía intermedia. «No pido perdón, padre, porque no he pecado», dice de rodillas frente al sacerdote en la impresionante escena de su destrucción. «Yo no pedí la vida que me han dado. Pero me la dieron. Y con ella hice lo mejor que pude». Situada en el centro de la serie (es decir, el lugar más parecido al «final» en una estructura esférica) es posible que ésta sea la solución más elegante que podamos esperar al gran dilema de dilemas que es Perdidos. Cuya sexta y última temporada comienza ahora. Disfrútenla. Namasté, y buena suerte.
ANDRÉS IBAÑEZ
viernes, 12 de febrero de 2010
lunes, 8 de febrero de 2010
En el país de los ciegos el tuerto es el politoxicómano
El autor de "Mindundi" pone gratuitamente a disposición del público diverso material propio, entre ellos, el poemario variado que dejo aquí.
Ir al poemario
Web de Sergi Puertas
Ir al poemario
Web de Sergi Puertas
domingo, 7 de febrero de 2010
sábado, 6 de febrero de 2010
Maderita
Maderita es fruto de la colaboración de Ciudadano con el cantautor Julio Bustamante. Gusto exquisito intergeneracional.
MADERITA. ATENCIÓN ENCANDILADA from audiencies on Vimeo.
viernes, 5 de febrero de 2010
martes, 2 de febrero de 2010
lunes, 1 de febrero de 2010
Upside Downy Face - Bruton Stroube
Curiosas fotos, deformadas por el efecto de la gravedad
BSS | Upside Downy Face from Bruton Stroube Studios on Vimeo.
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